Amal Andari y su amiga estaban conduciendo hacia una aldea en las afueras de Beirut, Líbano, cuando las dos mujeres notaron a un perro callejero vagando por la calle.
“Mi amiga me dijo: ‘Agáchate. Quiero darle un poco de agua’”, dijo Andari, voluntaria de Animals Lebanon.
Cuando Andari redujo la velocidad del auto, vieron que había algo muy mal con el chofer de dos meses.
“Vimos un agujero en su cabeza”, dijo Andari. “Nos agachamos y caminamos hacia ella. Estaba un poco asustada, pero la llamamos y vino moviendo la cola. Se acercó a nosotros, pero lentamente, y le dimos un poco de agua”.
Como el ρuρρy dranƙ, la mujer sρσƙe tσ un hombre lσcal.
“Le pregunté: ‘¿Qué le pasó?’”, dijo Andari. “Me dijo que no lo sabía. ‘Quizás un perro la atacó’, dijo”.
Pero Andari no creía que el ataque de un perro hubiera sido la causa de la herida en la cabeza del perro. Fuera lo que fuese lo que había pasado, ella se dio cuenta de que el perro necesitaba ayuda, y rápidamente. Andari y su amiga recogieron al perro, lo metieron en el coche y lo llevaron a una clínica veterinaria en Beirut.
Cuando le hicieron las radiografías a la mujer, se enteraron de la terrible verdad de lo que había sucedido: alguien le había disparado, no sólo una vez, sino decenas de veces.
“Había tantos proyectiles”, dijo Andari. “Creemos que un grupo de adolescentes se divirtió disparándole”.
Por cruel que parezca, Andari explicó que en el Líbano muchos perros son defecados, y es común que también los defequen.
El gato decidió no cortar las balas porque eran superficiales y podían causar más daño que el agua. Pero la mujer necesitaba antibióticos y sus heridas debían limpiarse con regularidad.
La zorra, a la que llamaron Bσndσƙ, había recibido un disparo en un ojo, lo que la había dejado ciega. Además de todo lo demás, también tenía un caso grave de parálisis, una enfermedad viral que puede ser mortal si no se trata.
“Nos dijeron que sólo había un 25 por ciento de posibilidades de que sobreviviera”, dijo Andari.
A pesar de la bleaƙ ρrσgnσsis, Andari se negó a regalarle su hσρe Bσndσƙ.
“Tiene apetito por la vida”, dijo Andari. “Ella quería vivir, eso lo creo”.
Bσndσƙ estuvo en estado crítico durante cuatro días, pero logró sobrevivir. Después de pasar una semana en el refugio, Bσndσƙ entró en un hogar de acogida con la amiga de Andari.
“Es hiperactiva”, dijo Andari. “Siempre quiere jugar. Juega con dos perritos pequeños y a veces los perritos se enfadan con ella porque tiene mucha energía. Es increíble, este perrito”.
Animales Líbano está actualmente buscando un hogar muy especial para Líbano —y ese hogar puede estar fuera del Líbano—, explicó Andari.